S01E07 (1/4): Alternativas para el futuro

Alimentación, Alternativas

Después de todo lo expuesto durante toda la temporada, parece clara mi opinión de que nos queda mucho para alcanzar un modelo más justo y eficiente. Las tendencias que llevan tanto las instituciones, como las grandes empresas, siguen una inercia que no parece muy alentadora para el futuro de la mayoría. Pero el cambio llega cuando nos preocupamos. Cuando no delegamos en otros para tener que pensar menos.

Para no delegar y poder decidir en cuanto a nuestra alimentación, hay que tomar el control de nuestros hábitos. La soberanía alimentaria supone el derecho de cada pueblo a definir sus políticas agrícolas y alimentarias, a controlar el mercado doméstico, impedir que entre productos excendentarios, que vengan subvencionados y compitan deslealmente con el comercio local. Supone apostar por una agricultura de proximidad, diversa, campesina, sostenible y que respete el territorio. Devolver el control de los bienes naturales, de lo que nos da de comer. Luchar contra la privatización de la vida.

La alternativa al modelo actual debe situar al campesino en el centro, debe ayudarle a producir alimentos al margen de las condiciones impuestas por el mercado, dando prioridad a los circuitos locales y nacionales. Hay que romper esos mitos y colocar la producción, distribución y consumo de los alimentos en la base de la sostenibilidad social, económica y medioambiental. Todo esto no se va alcanzar en un modelo que solo se rige únicamente buscando el acceso a alimentos, mientras que no cuestiona ni el dónde, ni el cómo, ni el quién. Esa visión tan despreocupada y productivista es la que nos ha llevado a este punto.

Malas expectativas en nuestro rumbo

Prever que pasará en un mundo tan complejo es algo extremadamente difícil. Sabiendo esto, haré referencia a lo largo de este artículo al estudio más importante que se ha hecho jamás con respecto a los impactos de la agroindustria a escala mundial. En la llamada Evaluación Internacional del Papel del Conocimiento y la Ciencia y la Tecnología del Desarrollo Agrícola, promovida por la OMS y la UNESCO, participaron más de 400 expertos de todo el mundo, con el fin de analizar el papel del conocimiento y la tecnología en la reducción del hambre y la pobreza en el mundo.

Las conclusiones de dicho estudio exponen el camino más probable que seguiremos por este camino. “Las proyecciones indican una probable restricción de los mercados mundiales de alimentos, en que la creciente escasez de recursos afectará negativamente a los consumidores y productores pobres.[…] Cuando, en general, se prevé que la relación de intercambio y las políticas actuales, y la creciente escasez de agua y tierras, sumada a los cambios climáticos previstos, limitarán el aumento de la producción de alimentos“.

Recomendación: Utopía. Serie de ciencia-ficción que enfoca el asunto de la escasez de recursos y la toma de decisiones drásticas en situaciones de crisis que deja a uno conmocionado.

Da miedo pensar en las decisiones que puede llegar a tomar el hombre en un estado de peligro. Tomar un atajo y resolver los problemas por la vía rápida, en un problema sin solución milagrosa, puede acarrear consecuencias que son una incertidumbre total para nosotros. Es por esto, que la necesidad de conseguir una mayor autonomía en cuanto a alimentación es tan urgente. La interdependencia extrema a la que hemos llegado puede terminar generando mucho problemas y mucha escasez a muchísimas personas (especialmente a las que peor lo pasan siempre).

¿Tenemos que esperar a que eso ocurra? ¿Podemos seguir mirando hacia otro lado? Yo creo que cuanto más alto subamos, más dura será la caída. Porque antes de chocar, el aire fresco de la caída no está tan mal, pero va siendo hora de que vayamos intentando amortiguarla.

Es por eso, que, después de todo lo que he leído, coincido en las conclusiones de este estudio cuando afirma que: “Muchos de los desafíos actuales y futuros de la agricultura harán necesario aplicar los conocimientos científicos y tecnológicos existentes (formales, tradicionales y de origen comunitario) de una manera más innovadora e integrada, junto con nuevas estrategias de gestión agrícola y de los recursos naturales. Es posible mejorar la gestión de las tierras y la biodiversidad agrícola, los nutrientes, los plaguicidas y el agua, así como la capacidad de responder a las tensiones ambientales como el cambio climático, valiéndose de los conocimientos tradicionales y locales, y de las tecnologías existentes.”

La agricultura ecológica. Una alternativa real.

Lo nuevo asusta, y en el mundo de hoy predomina el “más vale malo conocido, que bueno por conocer” y por eso muchos dudamos de que un modelo distinto pueda alimentar al planeta. A modo de predicción, mezclando conocimiento y esperanzas, es modelo agrario del futuro debería ser mucho más parecido la agricultura ecológica que a la convencional, pero no tiene por que ser idéntica. En la mezcla esta la fuerza.

En el EIPCCTDA se acaba con el mito de que la agricultura industrial nos alimenta mejor y de que la agricultura ecológica no está capacitada para alimentar al planeta. Aquí se la considera como una alternativa real y viable a la agricultura industrial. “Una alternativa que garantizaría una mejora en la seguridad alimentaria, que sería capaz de revertir el negativo impacto ambiental del modelo actual, a la vez que mantendría, o incluso aumentaría, los ritmos de producción actuales.”

El estudio, no solo propone una alternativa, sino que critica duramente al modelo actual, considerándolo generador de inequidad y acusándolo de manejo insostenible de agua y suelo. Critica, no solo los mecanismos de producción, sino la liberación de los mercados, diciendo que “puede traer beneficios económicos, pero puede llegar a producir efectos negativos a largo plazo para el alivio de la pobreza, la seguridad alimentaria y el medio ambiente si no se cuenta con la infraestructura e instituciones nacionales básicas.” Una infraestructura básica que, en los países que han usado como excusa para aplicar sus políticas, no existe en la mayoría de casos.

Afirma, además, que este modelo ha beneficiado “principalmente a los grupos dotados con mayores recursos de la sociedad y a las corporaciones transnacionales, no a los más vulnerables.” Son conclusiones que piden a gritos un cambio, clamando que “la huella ecológica de la agricultura industrial es demasiado grande como para ignorarla”.

Estas afirmaciones, inauditas en un estudio de tal envergadura, no fueron respaldadas por todos los países miembros de las organizaciones promotoras del estudio. Canadá, Estados Unidos y Australia, no fueron capaces de admitir en la Asamblea Intergubernamental de Johanesburgo de 2008 que la dirección, a la que apuntamos con tantas ganas, no nos va a llevar a buen puerto. Esta obsesión con darle la espalda a la verdadera raíz de los problemas, para mantener un modelo hecho por y para unos pocos, no es nada nuevo. Aunque no exista ninguno modelo perfecto, la evidencia de que el nuestro tiene demasiados inconvenientes como para que nos conformemos con él es contundente.

Y es que el crecimiento de nuevas tendencias esta poniendo nerviosos a algunos. Los artículos desprestigiando a la agricultura ecológica crecen al mismo ritmo que sus apoyos. Cuando científicos se sitúan en contra de la agricultura industrial se les tacha de ideológicos, como si defender el modelo actual no lo fuera. Muchas veces parece que sólo los científicos que apoyan el modelo actual son los únicos que tienen una posición válida al respecto.

Con todo esto no pretendo convencer al lector de que los productos ecológicos son la solución definitiva a nuestros problemas, sino que pretendo dar a entender que si promoviésemos un tipo de producción de alimento diferente, y lo hiciéramos con la mitad de ímpetu que el modelo actual, se pueden ir mejorando carencias, a la vez que ir creciendo de forma sostenible y más justa para los que trabajan la tierra. Pero para que un sistema cambie, tienen que cambiar las interacciones que se producen dentro de el y de eso es lo que hablaremos en el siguiente artículo.


Si te pareció interesante, no dudes en compartirlo en Facebook. Solo entre todos cambiaremos las cosas.

Para ver otros capítulos de esta temporada pulsa aquí.
Síguenos en Facebook: https://www.facebook.com/greenreadier/
Visita nuestra web: https://agreenreader.wordpress.com/

Deja un comentario